12 septiembre, 2010

PARA MÍ SON TODOS CHINOS

Soy la única que disfruta cual niño empedernido el simple hecho de tener que ir al súper a hacer las compras?


Siempre me da paja ir a la facu, ir a lo de mi novio, a lo de mi abuela, a lo de mis amigos, etc. (igual son cosas que hago, sino sería una recluída social, el cual no es mi caso).

Y siempre me quejo de todo, paso a paso, porque soy insoportable y malcogida. Encima hablar es gratis, y quejarse es hermoso. Hermoso y gratis: PLACER.

Pero tener ir al SUPER CHINO me pone loca de amor, lo tomo como una aventura, lo tengo todo planeado, lo disfruto paso a paso, góndola a góndola, sachet a sachet. Los días que debo ir y no me da el tiempo, son un calvario.

Si querés ser como yo (?) y saber disfrutar de las cosas buenas de la vida, seguí estos pasos que la tía Malco te tira de buena onda que es nomás:

  • Ir a la terraza o balcón o patio de tu casa y fumarte un porro, o medio, o una tuquita o un nevado o lo que se te cante las bolas. (No quiero hacer apología a las drogas, si no te drogaste hasta hoy, es porque no lo necesitás y porque no querés y eso está 3 kilos y dos pancitos, asique quedate pillo y seguí con tu rutina sana!)

  • Dirigirse al supermercado chino (yo a mi súper amigo lo llamo “el shima uta”)

  • Entrar en el super y quedarse unos minutos sintiendo la musiquita, quisquillosa pero hermosa. (para este punto ya se te van moviendo solas las extremidadesy hay un leve movimiento de cadera)

  • Empezar a realizar tus compras

  • Detenerte más de lo normal en la góndola de los congelados y empezar a bailar como si recién salieras de una operación con restos de anestecia en las venas.

Te vas dejando llevar, entrecerrás los ojos, ignoras a la vieja q te mira mal y golpea la cola con le changuito apropósito…y disfrutás…y bailás! Y sos la reina de la comparsa china, todos te miran, a vos te la soba que te miren porque estás pasándola bárbaro…y empezás a sentirlo: primero un cosquilleo entre las piernas, después te empiezan a temblar las patitas, te mordés el labio, ponés la cara que alguien pondría si se quema las manos y después las apoya en agua fría…te dejás llevar por el impulso final y te das cuenta que acabaste.